jueves, 1 de marzo de 2012

Un día será al revés.

El sol le dio una mala pasada. Hacía calor y el ruido de la cuidad formaba una música animada, pero aún así, pésima. Él caminaba cerca de las familias rubias, flacas y altas, escupiendo el suelo y riéndose de aquella gente.

El camino era aún largo y su bolso estaba pesado. La capucha de su polerón le protegía del sol, pero era tener la nuca en llamas. La gente se refrescaba con gaseosas negras. Él solo quería que todos desaparecieran.  NO quería ser un hipócrita como ellos. No quería una felicidad basada en lo material. No quería su dinero, no quería honor, fama ni "gloria" que viniera del sucio dinero. Pero no tenía opción: o conseguía monedas o nada iba salir de acuerdo a su improvisado plan. Debía ser rápido, debía ser directo, aún cuando ni el sabía donde se dirigiría. En una calle transitada le hizo cariño a un gato que tomaba sol, se dio vuelta y volvió a andar sus pasos. En un aparador se sentó, abrochó sus zapatillas, tomó aire y entró a una tienda. En su mente todo era demasiado claro. Sabía lo que pasaría, sabía su propio bloqueo mental, pero aún así entró. Dijo lo que venía a decir, recibió la misma patética respuesta de mierda. Salió convencido de que tenía la razón en algo. Salió e no rendido. Salió y lo intentó en otro lugar donde al menos lo quisieron escuchar.

Un día las humillaciones harán que los que humillan se autoinfrinjan heridas.
Un día verán que el poco y las humillaciones son presagios de tiempos distintos.

Presión.

No presiones más de lo que puedes aguantar.
Debes saber que las bestias heridas muerden más fuerte que las sanas.

Corta más de lo necesario y tus propias venas se tornarán túneles de ajo.

La delgada línea de la reclamada "cordura" humana se dobla con facilidad.

Repito: Si tienes que cortar, no cortes más de lo estrictamente necesario.

Ese alguien es una bestia en una manta de color piel. Quizás no quieras quitarle algo más de lo físico, un primer paso, pero recuerda: las fauces de una bestia al defender su vida no avisan antes de cerrarse sobre tu carne.