lunes, 28 de noviembre de 2011

Sonrisa de Vida.


Esa sonrisa que mata. Esa felicidad morena que me fascina. Que estés contenta me hace sentir vivo, me esperanzas, me da ganas, me da fuerza. Me da todo lo que necesito.
Esos labios que cada segundo espero poder besar, esos labios que siempre me hacen estar nervioso cuando los voy a besar. Esos labios que susurran que siempre estarán conmigo.
Todas esas canciones que te he dedicado, todo lo que he escrito en tus paredes, todo lo que puedo hacer para ti jamás dirán cuanto te amo, cuanto amo el tenerte feliz, el quitarte el frío, el sacarte una sonrisa aún en esos momentos en que todo se ve negro.

Tu eres mi razón para todo, y día a día lo recuerdo y me levanto feliz. Feliz de tenerte en mi vida, de saber que pronto te veré, feliz de que te puedo tomar de la mano e ir donde sea y que siempre tendrás esa sonrisa que me fortalece cada instante.

Siempre estaré a tu lado bonita, siempre, llueva, haga sol, caigan rocas o patadas, siempre te voy a cuidar. Siempre haré todo lo de este mundo para ver esa boquita bella llena de risa.


¿Se notará o te digo que te amo? (:

domingo, 27 de noviembre de 2011

Escarcha cayendo.

Se derrite el hielo. Tengo escarcha en las manos y en la nariz. Me cuesta abrir los ojos y me tiemblan los labios. Meses congelado. Meses invernando, tanto que ya casi termina la primavera. Tengo hambre y ganas de moverme, sin embargo mis venas aún están azules y flojas, restregándose los ojos y mirando mi piel morena que es su cielo azul.

Me paro al fin y escribo, luego de hace mucho. Escribo y beso a mi madre, hablo con mi padre para tomar mi mochila y la mano de mi mujer. Ahora tenemos que estar más fuertes que nunca, más frescos que nunca.

Me espera el viento de Playa Ancha, me espera el ver viejos amigos y a los nuevos conocidos. Me toca limpiarme la piel en sudor y volar por los aires para aterrizar en el concreto y aún tener la espalda funcional.

Debo pararme cada día con más fuerza, más poder más energía, más conocimiento, más plantado en la tierra y más relajado para esquivar las cortaplumas y las malas intenciones.

Más calacas, más tribales, más respeto por mí y por los demás. Mucho más amor por mi familia, por mi mujer, por aquellos amigos que ya nunca veo y los que veo siempre que no quiero hacer algo.

Ya pasarán estos días con cara de agenda; pero mientras estén acá los aprovecharé lo más posible. No dejaré ir otro año sin que me dé lo que quiero. No otra vez.

Que los tigres de la mente sean testigos, que tu mano dibuje sobre mi piel la escena que ves en mis ojos cada día.

Que pase el tiempo y mire hacia abajo y jamás olvide que aquello seco y fétido solía ser yo, para jamás volver a ser así, más, sin condenar esa forma y que sea un peldaño móvil a mis pies toda la vida.


viernes, 25 de noviembre de 2011

Reflexiones, asunto de Valparaíso.


Me gusta mucho más Valparaíso ahora. Hace un tiempo, me tocó subir más que nunca a los cerros de esta cuidad. La falta de dinero para locomoción me ha ayudado a conocer más esta cuidad. A ver las palomas de los bancos, todas las plazas anónimas dedicadas a nadie, las bajadas infartantes y los gatos de casa.
Una chaqueta ha sido mi mejor amiga, la suerte me ha entregado guantes de cuero y un gorro ajustado con algo de polar en su interior. Pienso y discuto conmigo mismo; pero supongo que es la magia de Valparaíso lo que hace que yo concuerde en hacer las pases.

A veces me acompañan unos lentes negros, otras veces el mar cerca de mi universidad. Otras una rabia enorme y casi siempre las ganas de ver olas tan grandes que me hagan retroceder.

A veces, en la micro, pienso como es que fui a dar de un cerro cerca de la nada y una reputación de mierda, al lugar en que el cielo es el más oscuro de toda la quinta región en tan solo una hora.

Hay veces que las oscuridad dura toda la noche y parte del día, como en ese lugar. Hay otros en que en que la noche dura toda la vida.