sábado, 12 de septiembre de 2009

O...

Es tarde...
Quédate...
La verdad, no quiero, pero me da una sencación extraña decirtelo
¿Y por que?
Porque es como que te dijera que no estoy aquí por ti, estoy aquí por una idea vaga que me da vueltas en el vientre y sale por lo ojos cada vez que me acuesto con muchas cervezas en el estómago.

Tu no eres lo que quiero, nada lo es... vivimos lo que nos tocó, y yo no me voy a quedar con eso.
Es cierto que las palabras ayudan a sentirse mejor, pero no cambian la realidad. Por eso quiero escribir hasta que la mente se forme de manera de círculo, cosa de que la misma realidad se redirija a otro lugar, lejos de aquí, y que empañe los vidrios de la sala de recuerdos, para no ver más hacia allá.

Que sea redonda como la letra O, que le dá el verdadero sentido de la palabra Superación, que sea como la desconocida silaba que le da el poder a Amor, que sin ella sería solo un Am.... que no es nada, es el desconocimiento de todo, estupidéz infinita que jamás limpiará así, la sangre seca del sable que nos enseña a cuidarnos de las heridas y de herir al resto.

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